La melodia envolvente y cómplice.
Nos vimos en una reunión de amigos, estabas tu con tu mujer y yo con mi marido, nos saludamos como si nunca no nos hubiéramos visto, nos sentamos en la mesa, estábamos mi marido, yo , el y su mujer, en el restaurante.
Que hipocresía la de ambos, amantes a escondidas, amigos ante el publico, deslizabas tu mano debajo de la mesa y me tocabas los muslos y yo acariciaba tu pierna, de vez en cuando.
Cenamos, hablamos de todo y de nada, decidí ir al baño a retocarme, invite a su mujer y me dijo que no pensé que nos daban la oportunidad inconcientemente para estar juntos y aplacar nuestra sed, sonríe y fui al tocador, de pronto sentí sus manos que acariciaban mi espalda, me dio la vuelta y me saco en un pasillo aislado y me beso apasionadamente acariciando cada parte de mi cuerpo, lamiendo mi cuello, chupando el lóbulo de mi oreja y diciéndome MIA a cada momento.
Yo también lo acariciaba, lo devoraba el saber que estamos tan cerca de quienes somos infieles y el peligro de ser pillados nos daba mucho mas morbo y excitación , le desabotone la camisa y lo fui lamiendo , de repente el me pone de cara a la pared me sube la falda y me empieza a follar como loco, ese momento solo fue un momento corto pero fue eterno y maravilloso, sentirme suya saber que me folla mi Señor y mi Amo, saber que esta puta lo sirve cuando el quiera sin importar nada.
Me follo como nunca , lo sentí como nunca queriendo comerme toda, dándome una y otra vez sin importar el tiempo , el mundo solo el y yo, esto es algo mucho mas que la distancia , el dolor y el tiempo , porque lo nuestro crece cada día mas a pesar de que todo esto es prohibido sabemos que es algo mucho mas grande.
Acabo en mi coño, y yo gemí en voz muy alta el cual la música lo escondió bajo sus melodías, así nos quedamos un largo rato abrazados, besándonos haciéndonos sentir cuan importante éramos para el otro ya habíamos extinguido el fuego que teníamos ambos, con solo estar juntos ya se había ido eso que nos poseía la lujuria pecaminosa y con la cual no podíamos luchar.
Me puse bien el vestido me arregle de prisa llevaba dentro mío su leche, el cual me hacia sentir mas sucia aun y feliz a la vez de ser tan zorra, le di un beso fugaz y salí a sentarme junto a mi marido dándole un beso traidor, sabia que mi marido se daba cuenta pero no decía nada no se porque, igual que la mujer de el yo sospecho que ambos por no perdernos mordían sus lenguas y decidían compartirnos sin protestar y eso los hacia mas humanos e queridos . Mi marido me pregunto porque había tardado tanto- le dije - que había salido a fumarme un cigarrillo y el asintió.
Después de un buen rato llego el, le dio un beso a ella y volvió a hacer chistes contar anécdotas, de reojo nos mirábamos aun con el fuego por dentro, el saco a su mujer a bailar y lo mismo hizo mi marido conmigo, y aun así nos mirábamos profundamente sin que ellos se dieran cuenta tal vez la cantante si se había dado cuenta porque canto nuestra canción, al momento dijeron cambio de pareja y el me tomo entre sus brazos de nuevo y cerro sus ojos como lo hice yo , y posaba sus labios en mi hombro, sentía su respiración en mi piel acariciaba mis caderas, el deseo volvió a apoderarse de nosotros pero esta vez nos contuvimos. Termino la música y nos sentamos sonriendo al descaro, paso el tiempo y decidimos marchar nos despedimos en el estacionamiento, el se subió en el coche con ella y yo con mi marido, fuimos hasta la casa sin decir nada. Llegamos y como siempre nos duchamos, tuvimos sexo, y cada uno a su lado a dormir, sabia que también el haría lo mismo y ese sexo que teníamos en la cama solo era un compromiso algo para aparentar la verdadera pasión ocurrió en aquel pasillo oscuro entrelazados el y yo.
Me puse bien el vestido me arregle de prisa llevaba dentro mío su leche, el cual me hacia sentir mas sucia aun y feliz a la vez de ser tan zorra, le di un beso fugaz y salí a sentarme junto a mi marido dándole un beso traidor, sabia que mi marido se daba cuenta pero no decía nada no se porque, igual que la mujer de el yo sospecho que ambos por no perdernos mordían sus lenguas y decidían compartirnos sin protestar y eso los hacia mas humanos e queridos . Mi marido me pregunto porque había tardado tanto- le dije - que había salido a fumarme un cigarrillo y el asintió.
Después de un buen rato llego el, le dio un beso a ella y volvió a hacer chistes contar anécdotas, de reojo nos mirábamos aun con el fuego por dentro, el saco a su mujer a bailar y lo mismo hizo mi marido conmigo, y aun así nos mirábamos profundamente sin que ellos se dieran cuenta tal vez la cantante si se había dado cuenta porque canto nuestra canción, al momento dijeron cambio de pareja y el me tomo entre sus brazos de nuevo y cerro sus ojos como lo hice yo , y posaba sus labios en mi hombro, sentía su respiración en mi piel acariciaba mis caderas, el deseo volvió a apoderarse de nosotros pero esta vez nos contuvimos. Termino la música y nos sentamos sonriendo al descaro, paso el tiempo y decidimos marchar nos despedimos en el estacionamiento, el se subió en el coche con ella y yo con mi marido, fuimos hasta la casa sin decir nada. Llegamos y como siempre nos duchamos, tuvimos sexo, y cada uno a su lado a dormir, sabia que también el haría lo mismo y ese sexo que teníamos en la cama solo era un compromiso algo para aparentar la verdadera pasión ocurrió en aquel pasillo oscuro entrelazados el y yo.
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